Olman Martínez

Olman Martínez

Director de la Universidad de las Ventas.

Un niño pequeño quería conocer a Dios. Sabía que era un largo viaje hasta donde Dios vive, así que empacó su maleta con paste-litos y unos seis refrescos, y empezó su jornada.
Cuando había caminado como tres cuadras, se encontró con una mujer anciana. Ella estaba sentada en el parque, solamente con-templando algunas palomas. El niño se sentó junto a ella y abrió su maleta. Estaba a punto de beber de su refresco, cuando notó que la anciana parecía hambrienta, así que le ofreció un pastelito. Ella, agradecida, aceptó el pastelito y sonrió al niño. Su sonrisa era muy bella, tanto que el niño quería verla de nuevo; así que le ofreció uno de sus refrescos. De nuevo ella le sonrió. ¡El niño es-taba encantado!
Se quedaron toda la tarde comiendo y sonriendo, pero ninguno de los dos dijo nunca una sola palabra. Cuando ya oscurecía, el niño se percató de lo cansado que estaba. Así que se levantó para irse. Pero al comenzar a caminar, dio vuelta atrás, corrió hacia la an-ciana y le dio un abrazo. Ella, después de abrazarlo, le dio la más grande sonrisa de su vida.
Cuando el niño llegó a su casa y abrió la puerta... su madre estaba sorprendida por su cara de felicidad. Entonces le preguntó: “Hijo, ¿Qué hiciste hoy que te hizo tan feliz?” El niño contestó: “Mamá, hoy almorcé con Dios!" . Y antes de que su madre contestara algo, añadió: “Y ¿sabes qué? ¡Tiene la sonrisa más hermosa que he vis-to! ¡Y es mujer!”
Mientras tanto, la anciana, también radiante de felicidad, regresó a su casa. Su hijo se quedó sorprendido por la expresión de paz en su cara, y preguntó: “-Mama, ¿Qué hiciste hoy que te ha pues-to tan feliz?” La anciana contestó: -“¡Comí pastelitos con Dios en el parque”. Y antes de que su hijo respondiera, añadió: “-Y, ¿sa-bes? ¡Es más joven de lo que yo pensaba!".
Muy seguido, no le damos importancia al poder del abrazo, a la palmada en la espalda, a una sonrisa, a una palabra de aliento, a un oído que te escucha, a un cumplido honesto, o al acto más pe-queño de preocupación. Todos esos detalles, por pequeños que sean, tienen el potencial de cambiar la vida, o de darle un gran giro. Las personas llegan a nuestras vidas por una razón, ya sea por una temporada o para toda una vida. Pero siempre hay una razón –que tal vez no comprenderemos de inmediato—para que lleguen a nuestra vida. Así que ¡recíbelos a todos por igual!

Y almuerza con Dios, de vez en cuando.


Autor desconocido

Hay 40 cosas que nunca debes olvidar, y que te conviene mucho poner en práctica:

1. Nunca prives a nadie de la esperanza; puede ser lo único que esa persona posea.
2. No tomes decisiones cuando estés enojado.
3. Cuida tu postura física.
4. Nunca hables de negocios en un elevador.
5. No pagues un trabajo hasta que esté concluido.
6. Cuídate de quien no tenga nada que perder.
7. Aprende a decir no con cortesía y presteza.
8. No esperes que la vida sea justa.
9. No dudes en perder una batalla, si esto te lleva a ganar la guerra.
10. Sé atrevido y valiente.
11. No aplaces las cosas. Haz lo que sea preciso en el momento preciso.
12. No temas decir "no sé".
13. No temas decir "lo siento".
14. Elogia a tres personas cada día.
15. Contempla el amanecer por lo menos una vez al año.
16. Mira a los ojos a las personas.
17. Dí "¡Gracias!" con frecuencia.
18. Dí "¡Por favor!" con frecuencia.
19. Gasta menos de lo que ganas.
20. Trata como quisieras que te trataran.
21. Haz nuevas amistades y cultiva las viejas.
22. Guarda los secretos.
23. Reconoce tus errores.
24. Sé valiente; si no lo eres, finge serlo, nadie advertirá la diferencia.
25. Utiliza las tarjetas de crédito sólo por comodidad, nunca por el crédito.
26. No engañes.
27. Aprende a escuchar. A veces las oportunidades tocan muy quedo a la puerta.
28. Elabora una lista de las cosas que desees experimentar antes de morir; llévala en tu cartera y consúltala con frecuencia.
29. Haz oídos sordos a los malos comentarios.
30. Las ideas buenas, nobles y capaces de cambiar al mundo provienen siempre de una persona que trabaja sola.
31. Cuando entres en algún lado, el que sea, hazlo con determinación y confianza.
32. Cuando tengas un limón, siempre procura hacer con él una limonada.
33. Ten un perro, pero no permitas que moleste a los vecinos.
35. Canta en la regadera.
36. Utiliza el dinero honrado.
37. No fumes.
38. Nunca permitas que te vean borracho.
39. Presta sólo los libros que no te importe recuperar.
40. Elige con mucho cuidado al compañero de tu vida: de esta única decisión se derivará el 90% de tu felicidad.


Autor desconocido

En La Universidad de las Ventas (www.uventas.com) hemos adoptado esta canción de Alberto Plaza como uno de nuestros estandartes para la motivación. Póngale atención a su contenido… y disfrútela con su equipo humano.

 

PA' LANTE

Alberto Plaza

Cuando resulta todo difícil,
Cuando la esperanza se va,
Cuando se vuelve noche tu vida,
Se nubla todo y parece
Que el sol no quiere alumbrar.

Dale una vuelta, mira distinto,
Piensa que todo puede cambiar.
Toda la fuerza que te hace falta
La tienes dentro del alma,
Y allí la vas a encontrar.

Pa'lante, pa'lante camina,
No te detengas jamás.
Pa'lante, pa'lante con fuerza,
Todo se puede lograr.
Levanta bien la cabeza,
Y mira alegre al futuro,
Porque algo bueno vendrá.

Pa'lante, pa'lante camina,
No te detengas por ná.
Pa'lante, pa'lante con fuerza,
Que así se hará realidad,
El sueño que andas buscando,
Esa promesa de vida,
Amor y felicidad.

Basta de los que siembran el odio.
Basta de los que empujan pa'tras.
Hay tanta gente buena en el mundo,
Que bastaría un segundo
Para borrar todo el mal.

Por eso la esperanza no muere,
Por eso no se acaba la fe,
Porque cuando el amor es profundo,
Es permanente y fecundo
Y no hay quien pueda con él.

Pa'lante, pa'lante camina,
No te detengas jamás.
Pa'lante, pa'lante con fuerza,
Todo se puede lograr.
Levanta bien la cabeza,
Y mira alegre al futuro,
Porque algo bueno vendrá.

Pa'lante, pa'lante camina,
No te detengas por ná.
Pa'lante, pa'lante con fuerza,
Que así se hará realidad,
El sueño que andas buscando,
Esa promesa de vida,
Amor y felicidad.

Por Olman Martínez,
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C uando usted y yo nacimos, se nos colocó en el asiento del conductor de un vehículo, y se nos dijo: “Manéjelo. ¡Es su vida!” En ese momento se nos dotaba con el regalo de la vida, y con el potencial pleno y total para controlarla y llevarla hacia donde nosotros quisiéramos.

Sin embargo, muchas personas a medida que van creciendo se van pasando poco a poco al asiento del acompañante de ese carro que es su vida, y permiten que alguien más (o algo) se les siente en el asiento del conductor y les maneje la vida.

¿Las conoce? Se trata de esas personas que pasan esperando que alguien más tome decisiones por ellas, que alguien más les diga qué deben hacer, cómo deben resolver sus “situaciones”, cuándo deben actuar, hacia dónde deben ir. Son personas que han perdido el control de su vida.

La llegada de un nuevo año es un momento oportuno y crucial para retomar control de nuestras vidas, si hubiéramos permitido que alguien o algo ocupara esa importante posición.

Y muchas veces no es una persona, sino un mal hábito: el desánimo, la inacción, la posposición (dejar las cosas importantes para después) o el vivir sin metas, permitiendo que “el destino” (concepto lapidante) les lleve sin rumbo fijo, como un pequeño bote a la deriva.

La llegada del 2006 marca un momento coyuntural para que retomemos el control. En primer lugar, aclare su mente, decida qué es lo que quiere de la vida, afine su puntería y dirija su pensamiento y sus acciones hacia esa meta ideal. Recuerde que no tenemos derecho a llegar a ninguna parte, si antes no hemos planificado hacia dónde queremos ir.

Agradezca el reconocimiento de las otras personas, pero no viva de él. Si le llega, bueno. Pero si no es así, siga adelante. ¡Usted tiene suficientes recursos de automotivación dentro de sí, para no necesitar de la atención constante de gente a su alrededor!

Tómese tiempo para usted. Está bien dedicar esfuerzo y tiempo para nuestros seres queridos, para el cónyuge, para los hijos. Pero piense que usted es muy importante para ellos, y que debe cuidarse, amarse y mimarse de vez en cuando, para poder estar en condiciones de dar lo mejor de sí. Tomar tiempo para usted ¡es una buena inversión! Por eso, decídase a que en este nuevo año se volverá un poquito “egoísta” y pensará que usted también merece de sus propias atenciones.

Finalmente, decídase a vivir. Estar en el mundo no es, necesariamente, vivir. Existir, simplemente existir, no es suficiente, ni fue la intención de nuestro Creador al ponernos aquí. Piense que usted merece poner ánimo, alegría y vibración a su vida… para disfrutar a plenitud los 365 días del nuevo año 2006.


Olman Martínez es Presidente de La Universidad de las Ventas, empresa del Grupo Edinter Consultores, con sede en San José, Costa Rica. Olman Martínez es un reconocido conferencista motivacional y experto capacitador de vendedores, con trayectoria de años en todo el Continente Americano. Si desea enviar un email al autor, hágalo por medio de la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Derechos Reservados U-Ventas.)