Olman Martínez

Olman Martínez

Director de la Universidad de las Ventas.

Olman Martínez, Universidad de las ventas.

¿Qué tienen esas personas a las que constantemente se les ve animadas, energéticas, alegres y positivas? Indudablemente deben haber encontrado una filosofía de vida que los hace diferentes a la mayoría de los mortales. Lo más probable es que hayan aprendido a manejar una saludable actitud positiva ante las circunstancias de la vida.

Pero no todo termina ahí. Los expertos en motivación y los científicos del comportamiento humano explican que, al lado de una buena actitud, también existen técnicas probadas, virtualmente garantizadas, para que podamos mantenernos positivos y motivados la mayor parte del tiempo. Permítanos compartir con usted algunas de ellas.

  • Sonríale a la vida:

En los años 70´s dos científicos ingleses descubrieron el mayor milagro de carácter químico-emocional de la historia de la humanidad: las endorfinas. Encontraron que el cerebro secreta algo así como una sustancia que nos hace sentir mejor, nos alivia de los dolores físicos y nos ayuda a cambiar de perspectiva ante la vida.

Pero lo más interesante, descubrieron que las endorfinas estaban relacionadas íntimamente con la risa y la sonrisa. Quienes sonríen y ríen más (aunque lo hagan sólo como técnica) secretan más endorfinas y pueden mantenerse más positivos... naturalmente.

  • Véase lo mejor que pueda:

Nuestra autoimagen impacta directamente sobre cómo reaccionamos ante la vida. Los científicos del comportamiento han comprobado repetidamente que si nos vestimos y nos vemos bien, generalmente nuestra autoestima sube, y con ella nuestra motivación. Comprúebelo: vístase con un atuendo que a usted le guste mucho y que le haga verse bien ante la gente... y le aseguramos que su nivel de motivación será impactado positivamente.

  • Escuche música:

Las personas positivas en un alto porcentaje son amantes de algún tipo de música. La música es “medicina para el alma”, como se ha expresado desde tiempos inmemoriales. Comience su día escuchando música alegre, de ritmo acelerado: verá su propio ritmo cardiaco se acelerará y ello le ayudará a sentirse mucho mejor.

  • Modifique su vocabulario:

Las palabras que usted utilice causan efectos físicos e impactan su comportamiento. Cambie las palabras negativas. Ya no hay “problemas”; ahora sólo hay “situaciones por resolver”. Ya no “sufrimos” un cambio; ahora lo “experimentamos”. Las cosas ya no son “difíciles”; ahora son “menos fáciles”. Ya no decimos “no puedo”; ahora cambiamos a “lo voy a intentar”. Cuando se “pesque” utilizando palabras negativas, cámbielas de inmediato por un sustituto positivo.

  • Abrace a alguien:

Sé que esta recomendación le va a gustar. De veras: dicen los mismos médicos que si más padres abrazaran más a sus niños, el negocio de las consultas por enfermedades se disminuiría notablemente. Es que el abrazo es una de las mejores terapias del mundo.

El abrazar a otra persona nos fortalece el sistema inmunológico, nos hace sentirnos mejor y nos vuelve más positivos. ¿Quiere saber cuál es la dosis diaria, según los expertos? ¡Ocho abrazos y cuatro besos... mínimo! Así que a poner en práctica la técnica.


¿Lo ve usted, amigo Gerente de Ventas? Mantenerse positivo también es cuestión de técnicas.


Olman Martínez es Presidente de La Universidad de las Ventas, empresa del Grupo Edinter Consultores, con sede en San José, Costa Rica. Olman Martínez es un reconocido conferencista motivacional y experto capacitador de vendedores, con trayectoria de años en todo el Continente Americano. Si desea enviar un email al autor, hágalo por medio de la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Derechos Reservados U-Ventas.)

Olman Martínez, Universidad de las ventas.

Ustedes seguro han escuchado decir que “Es preferible reír que llorar”, ¿verdad?

Bueno, pues nunca nos imaginamos que esa sabiduría popular fuera realmente tan sabia.

Justamente sobre los beneficios psicológicos y físicos que nos produce la risa y la sonrisa, estaremos hablando en este artículo.

Compartiremos información que puede ayudarle a cambiar la forma en que usted ve la vida, y que incluso puede cambiar su vida misma.

Comentaremos sobre cómo la risa y la sonrisa son estímulos condicionados, casi automáticos, que pueden hacerlo sentir bien, aunque usted no quiera sonreír.

Hablaremos de cómo nuestro cerebro produce esas maravillosas sustancias llamadas endorfinas, que pueden ayudarlo a recuperarse incluso de enfermedades físicas. Y le daremos algunos consejos sobre cómo comenzar el día en positivo, y mantenerse así durante muchas horas.

LA RISA: ESTÍMULO CONDICIONADO.

¿Sabía usted que la risa y la sonrisa son estímulos y reflejos condicionados, y que por eso pueden provocar en usted, casi automáticamente, una increíble sensación de bienestar real en todo su cuerpo?

¿Cómo funciona esto? Bueno, desde niños nuestra mente aprendió que cada vez que curvábamos las comisuras de la boca hacia arriba, y emitíamos unos soniditos como “ja-ja-ja”, era porque algo bueno y agradable estaba pasando.

Y a medida que pasó el tiempo, aprendimos a relacionar sonrisa y risa con algo bueno y positivo. Al reír y sonreír, nos sentíamos mejor.

Por eso, como técnica para sentirse mejor, aunque esté pasando por uno de esos días, esfuércese por sonreír y ojalá por reír. Sonría aunque no tenga ganas de hacerlo.

Y de pronto se dará cuenta de que, de una manera casi mágica, usted se comenzará a sentir mejor, y verá ese problemilla desde una perspectiva diferente.

EL MILAGRO DE LAS ENDORFINAS.

Desde hace muchos años los científicos se dieron cuenta de que las personas que sonreían y reían a menudo, vivían una vida más saludable y más positiva. Incluso, que vivían más años. Pero no sabían exactamente por qué.

Pues fíjese que hace unos 40 años se descubrió que cuando reímos o sonreímos, en nuestro cerebro se produce una reacción bioquímica:

Se secretan unas sustancias maravillosas llamadas endorfinas, que son las responsables de esa deliciosa sensación de bienestar que nos da el sonreír.

Las endorfinas son algo así como una droga estimulante natural que nos sube el ánimo.
Por eso cuando reímos y sonreímos mucho, vemos la vida desde una pespectiva diferente: Caminamos más erguidos. Incluso sentimos menos dolor físico.

Pero lo más importante es que toda esa sensación natural de bienestar, usted mismo la puede provocar a voluntad.

¿Cómo? Riendo y sonriendo todo lo que pueda.

COMIENCE BIEN EL DÍA.

Todo lo que suceda entre el momento en que se levanta y el momento que llega al trabajo, le afectará a usted todo el resto del día.

Así es. Hay familias que se levantan peleando. Hacen del desayuno una batalla campal. Regañan a los niños, le reclaman al cónyuge...

Y todo eso los programa para que tengan un mal día.

Si usted desea tener un buen día, comience bien desde que se levanta:

  • Mírese al espejo y dígase algo bonito y positivo.
  • No escuche programas que lo pongan triste o negativo.
  • Por el contrario, ponga música alegre que le acelere el ritmo cardiaco.
  • O escuche programas que lo hagan reír o sonreír.
  • Abrace mucho y bese a sus seres queridos en esas primeras horas del día.
  • Salga a la calle y sonría y salude a muchas personas, no importa que sean extraños.

Así que para tener un buen día, comience el día en positivo.

Y un dato curioso, de especial interés para las señoras:
Se necesitan 42 músculos para fruncir el seño, pero sólo 12 músculos para sonreír. Por eso, quienes sonríen más, tienen menos arrugas y su piel se mantiene más losana y más fresca.

Recuerde: Sonríale al mundo, y el mundo le sonreirá a usted.


Olman Martínez es Presidente de La Universidad de las Ventas, empresa del Grupo Edinter Consultores, con sede en San José, Costa Rica. Olman Martínez es un reconocido conferencista motivacional y experto capacitador de vendedores, con trayectoria de años en todo el Continente Americano. Si desea enviar un email al autor, hágalo por medio de la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Derechos Reservados U-Ventas.)

Olman Martínez, Universidad de las ventas.

Si alguien le ofreciera un millón de dólares (libres de impuestos y en efectivo) si usted mantiene consistentemente una buena actitud durante los próximos treinta días, ¿lo intentaría?

Si quien le hiciera el ofrecimiento definiera “buena actitud” como el actuar positivo, amigable, entusiasta y optimista, de apoyo a quienes le rodean, intentando contribuir con el mundo y sin quejarse... ¿lo podría hacer durante treinta días y así ganarse el millón?

Yo creo que sí. Usted se obligaría sin lugar a dudas a mantener una buena actitud durante un mes, porque estaría tremendamente motivado por ganarse el premio.

Lamentablemente, es posible que nadie vaya a ofrecerle ese premio por una buena actitud, pero las ganancias que usted obtendría por mantenerse positivo durante 30 días serían enormes. Si lo quiere, millonarias.

Permítanos presentarle algunos beneficios de la vida real que le significaría el mantener una buena actitud:


Felicidad.

Entre mejor sea nuestra actitud, más felices seremos. La felicidad no es un producto que uno pueda comprar en un supermercado. Más bien, es un estado mental producido por una buena actitud.

Tanta gente busca la felicidad, pero la busca fuera de sí mismos; creen que está en las cosas, en un viaje, en divertirse, en otras personas... sin darse cuenta que –como dice la historia—está escondida en lo más profundo de nuestro ser.


Salud.

Una buena actitud es un analgésico mejor que todos los analgésicos comerciales que usted pueda recordar en ese momento, puestos juntos.

La buena actitud fortalece el sistema inmunológico y produce endorfinas en nuestro cerebro. Esa es como una droga natural que es más poderosa que la morfina.

El Dr. Carl Simonton, un oncólogo famoso por manejar –junto con su esposa, una psicóloga—una clínica del cáncer en los EEUU con el mayor porcentaje de remisiones de la enfermedad en el mundo, dice que la curación de sus pacientes depende de su actitud: si realmente quieren vivir y si deciden que continuar su existencia vale el esfuerzo, generalmente logran excelentes resultados.

Sin una buena actitud, seremos blanco del estrés, y con éste de un sinfín de enfermedades.


Autoconfianza.

La buena actitud hace que la persona se sienta bien acerca de sí misma, y que logre proyectar esa sensación a los demás. Con una buena actitud usted logra modificar su diálogo interno.

Vivimos conversando con nosotros mismos continuamente. La gente que tiene una mala actitud se regaña constantemente, se dice cosas “feas”, se menosprecia. La buena actitud, por su parte, nos hace ver la vida a través de otra óptica. Y todo ello se refleja en una mayor confianza en nosotros mismos.


Mejores relaciones humanas.

La gente que se siente bien consigo misma, no está a la defensiva con quienes le rodean. Son abiertos y honestos y por ello logran relaciones humanas más ricas y más provechosas.

Y sí que interesa manejar buenas relaciones interpersonales. Se sabe que el 80 por ciento de los despidos en el mundo laboral no tienen su origen en fallas en el conocimiento técnico, sino en malas relaciones humanas.


Mejor rendimiento en el trabajo.

Los expertos aseguran que la buena actitud representa el 85 por ciento de todos los éxitos en el trabajo. La gente mejora notablemente su rendimiento en todas las áreas de su vida como resultado de tener una mejor actitud.

Una persona con actitud negativa ve el reloj al mediodía y dice “Ya se me fue toda la mañana, ya sólo queda medio día”, y entonces su cerebro, negativamente programado, hace que en la tarde sea improductivo. El positivo dice: “Qué dicha. Todavía me queda medio día para terminar este proyecto”.


Beneficiará a la gente a su alrededor.

Como la actitud (buena o mala) es altamente contagiosa, su buena actitud automáticamente lo convertirá en un beneficio para todos aquellos que entren en contacto con usted.

Entre más positivo sea usted, mejor lo percibirá gente; y todo esto se convertirá en “depósitos a su cuenta corriente” que usted hará, y que en algún momento podrá capitalizar.


Incrementa sus ingresos.

Su buena actitud lo hará más valioso para otras personas (por ejemplo, para la empresa en la que hoy trabajamos). Tarde o temprano las personas que mantienen una buena actitud terminan siendo recompensadas por la vida de manera concreta, con mejores posiciones y, por supuesto, más ingresos.

Con todos estos beneficios que hemos listado, queda claramente establecido que la actitud lo es todo.

Con una buena actitud usted no tiene nada que perder (bueno, sí, perderá una cara amargada, dolores y enemigos) y sí mucho que ganar.

Así que vamos ponerle un reto: mántengase con una buena actitud en las próximas 720 horas, sólo 720 horas. No es mucho tiempo comparado con lo que pueden significar para usted.

Si usted no siente que mantener una buena actitud funciona para bien suyo luego de 720 horas, entonces olvídese del reto y continúe siendo lo que usted decida ser. Pero por lo menos, déle una sincera oportunidad a la actitud mental positiva.

Si lo hace, descubrirá que las recompensas son mucho mejores que el millón de dólares. ¡Mucho mejores! ¡Garantizado!


Olman Martínez es Presidente de La Universidad de las Ventas, empresa del Grupo Edinter Consultores, con sede en San José, Costa Rica. Olman Martínez es un reconocido conferencista motivacional y experto capacitador de vendedores, con trayectoria de años en todo el Continente Americano. Si desea enviar un email al autor, hágalo por medio de la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Derechos Reservados U-Ventas.)

Olman Martínez, Universidad de las ventas.

Todos nos equivocamos alguna vez... o muchas veces. Recobrarnos, ponernos de pie luego del error y sacarle provecho... eso es lo que a veces no hacemos.

Lo que separa a los triunfadores del resto no es el no errar. Muy por el contrario, la gente buena, en su intento por hacer más, por cambiar el mundo, por dejar huella, hasta se equivoca más a menudo que el resto. Pero tienen las agallas para no quedarse inmóviles lamentándose y autoculpándose del error luego de cometido, sino que se enfocan en mejorar.

Si ha tenido un fracaso o ha cometido un error últimamente, recuerde estos consejos: No se auto-niegue el error. Mejor acéptelo, analice en qué falló y aprenda de él. Luego, intente olvidarlo lo más pronto posible, y ordene a su mente que no se lo esté recordando constantemente. De nada le sirve llorar por el pasado: sólo puede aprender a no tropezar de nuevo con la misma piedra.

No todo nos saldrá bien siempre. No podemos ser expertos en todo, ni ser infalibles en nada, ni caerle bien a todo el mundo. Entonces nada hacemos re-viviendo en nuestra mente el episodio y deprimiéndonos por él.

Acepte que errar es de humanos; recuérdese que usted es humano, y decídase a sobreponerse de una vez por todas, no desperdiciando su energía en lamentarse, sino enfocándola con renovado entusiasmo para hacer cada día las cosas lo mejor que pueda.