Olman Martínez

Olman Martínez

Director de la Universidad de las Ventas.

Por Olman Martínez.
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Universidad de las Ventas.

El artículo “Desempleo azota a profesionales”, publicado en el periódico La República del domingo 31 de marzo, deja ver una situación alarmante que los expertos han venido anunciando en los últimos 10 años: Una sobre saturación de la oferta contra una disminución en la demanda en el mercado laboral; y lo lamentable es que el problema no solo afecta a los profesionales recién graduados y nuevos en el mercado, sino también a estudiantes avanzados y a miles de “movilizados” (muchos no profesionales) del sector público.

Pero dentro de este marasmo sobresale también una realidad: Si hay entre un 20 y un 60 por ciento de profesionales que no están consiguiendo empleo, entonces hay entre un 40 y un 80 por ciento que sí están ya colocados y disfrutando de ingresos estables. Las preguntas entonces son: ¿Cómo han hecho estos últimos para conseguir empleo? ¿Por qué ellos sí y otros no?

Comencemos por aceptar que los colegios y las universidades, en la mayoría (con algunas acertadas excepciones) no nos enseñan cómo triunfar en el mercado laboral. Nos preparan con conocimientos sobre diferentes materias y, en términos generales, nos enseñan a aprender. Pero no nos dicen cómo montar un plan sólido para conseguir un empleo una vez que ingresamos a ese competido mundo real. No nos enseñan cómo impresionar al reclutador desde el primer momento, o cómo “mercadearnos” adecuadamente para hacernos “productos apetecibles” en el mercado.

Ralph Waldo Emerson pudo haber tenido razón en su tiempo, hace ya muchos años, cuando dijo que si alguien era bueno en lo que hacía, la gente encontraría el camino hasta su casa aunque esta estuviera en medio del bosque. Pero hoy, la verdad, el mundo ha cambiado y es muy diferente de cómo lo conoció don Ralph. Hoy el oferente tiene necesidad de “sonar su propia trompeta” y saber cómo hacerlo, para anunciarle al mundo que está disponible y que es una oferta muy gananciosa .
Los miles y miles de profesionales y no profesionales que andan tras un empleo en el mundo, están compitiendo con otros desempleados, y alguien va a terminar llevándose ese puesto que necesitan. Quien lo gane será, en última instancia, quien mejor monte su plan de acción o quien mejor mueva sus piezas en el ajedrez laboral. Siendo así, lo que queda, si se desea “jugar en serio” a conseguir un puesto de trabajo, es aprender los principios y las técnicas que garantizan “una buena venta” suya a las empresas .

Rompa la rutina


Para comenzar, decídase a romper la rutina de guiarse sólo por las ofertas de trabajo que aparecen en los periódicos. Los estudios han comprobado que solo entre un 5% y (máximo) un 10% de las ofertas de trabajo aparecen en los periódicos. El resto, entre el 90 y el 95%, se desarrollan por otros medios: un jefe que le pregunta a una asistente, un vendedor que recomienda a un primo, un amigo que trae a la empresa a otro. Así que hay que mantenerse activo “sonando su propia trompeta”, anunciándose entre sus amigos, conocidos y familiares que usted está disponible en el mercado laboral.


El plan de mercadeo


Es importante que entendamos que en la vida somos igual que un producto y que la vida misma es como un gran supermercado.

Nosotros, como productos que somos, debemos aplicar las mismas reglas y técnicas del mercadeo moderno para “vendernos” a nuestros potenciales empleadores; a la vez, debemos tratar de hacernos “visibles” en el supermercado de la vida, como un producto colocado en una góndola en un nivel de vista ...donde todos lo ven.

Como producto que somos, tenemos potenciales consumidores (quienes nos pueden emplear) y tenemos competidores (otras personas que están optando por un mismo puesto). Un recurso de aplicación inmediata es tener un plan para lograr ese empleo que deseamos.

Muchas empresas van a la quiebra porque no cuentan con un plan de mercadeo. Y miles de personas se mantienen al borde de la quiebra también... porque no cuentan con un plan de mercadeo. Para conseguir trabajo es muy conveniente tener un plan, no importa el nivel jerárquico que inicialmente queramos lograr. Un plan nos garantiza un norte, nos asegura pasos direccionados hacia una meta y acciones que van a acercarnos cada vez más a ella.

El plan de mercadeo personal se compone de tres simples (pero importantes) preguntas: (1) ¿Quién soy y dónde estoy? (2) ¿Quién quiero ser y dónde quiero estar? (3) ¿Cómo haré para lograrlo?

1. ¿Quién soy y dónde estoy?

Esto es lo que en mercadeo se denomina un “análisis de situación”. Usted debe responderse esta pregunta lo mejor que pueda. Trate de conocerse bien, porque usted es su propio vendedor, y sabemos que un buen vendedor conoce bien su producto.

Mucho mejor si anota una descripción propia: ¿Qué edad tengo? ¿Qué sé hacer? ¿Para qué soy realmente bueno? ¿Cuáles son mis habilidades? ¿Cuáles son mis conocimientos? ¿A quién conozco? ¿Cuáles son mis actuales relaciones personales? ¿Qué estoy haciendo laboralmente en este momento? ¿Cuáles son mis debilidades? ¿Cuáles son mis fortalezas? Todo cuanto usted anote sobre sí mismo, le ayudará con ese primer paso de definir quién es y dónde está.

2. ¿Quién quiero ser y dónde quiero estar?

Ninguna persona que no sepa hacia dónde se dirige en esta vida, tiene derecho a lograr nada adecuado. Es decir, la vida nos da lo que le pidamos. Esta segunda pregunta es lo que en planificación se llama las metas. Usted debe saber qué quiere. A mí me da mucha pena cuando en mis seminarios pregunto a muchachos recién egresados en qué quieren trabajar, y ellos me responden que “en cualquier cosa, en lo que sea... lo que necesito es conseguir trabajo”.

Esas personas sin metas consiguen justamente eso: cualquier cosa. Y todos sabemos que “cualquier cosa” no es siempre lo mejor.

Decida usted en qué quiere trabajar. Piénselo y defínalo. Así estará dando a su mente una meta clara y precisa.... y esas son las únicas metas que funcionan.

Si es usted profesional, decida en qué campo de su profesión desea colocarse. Por ejemplo, un publicista debería tener total convencimiento de que quiere colocarse en una agencia, o en un medio, o con un anunciante. Y al decidir que quiere conseguir trabajo en una agencia de publicidad, por ejemplo, debe decidir también si quiere estar en el campo creativo, o en el ejecutivo (cuentas) o en el administrativo. La meta también debe incluir el nivel de ingresos que usted desea obtener, actuando en esto realistamente, pero también con una dosis de optimismo basada en lo que usted puede dar a esa empresa.

Aquí hay otra rutina digna de romperse: No llegue a una empresa con el enfoque tradicional de “¿Tienen algún puesto para mí?”. Ese enfoque es el que deja la acción en manos de la empresa y no de usted, que es quien desea empujar el resultado de la entrevista hacia una aceptación de la oferta.

Por el contrario, ofrezca usted a la empresa un beneficio y verá cómo la atención se centra en usted. Todas las empresas ocupan gente que les diga cómo ganar más, cómo ahorrar más, cómo vender más, cómo mejorar los productos, cómo mejorar el servicio al cliente, cómo tener más presencia en los puntos de ventas... en fin, la lista es interminable.

Defina en qué campo desea trabajar. Luego liste una serie de empresas con las cuales desearía trabajar. Defina la mejor empresa o en la que usted realmente desea estar y pase a la siguiente etapa.

3. ¿Cómo haré para lograrlo?

Esto es lo que se llama “la estrategia” y el “plan de acción”. No basta con conocer bien nuestro propio producto (lo que tenemos por ofrecer), y saber qué queremos. Las cosas suceden porque las hacemos suceder. Desafortunadamente, la vida no está hecha hoy para que “naturalmente” lleguemos a donde queremos con el mínimo esfuerzo. Hay que hacer algo. Tenemos que ponernos en acción. Recuerde: las personas que ganan son aquellas que hacen sus propias circunstancias, no las que esperan que las circunstancias les moldeen su vida.

Para conseguir ese empleo que usted desea, investigue a la empresa escogida. Averigüe cómo funciona. Recorte cuanto anuncio o noticia sobre ella—o sobre su competencia—aparezca por los periódicos y monte un “file” de referencias.

Vaya o mande a traer “brochures” publicitarios y otros materiales impresos que la empresa pueda haber publicado y que estén a disposición del público. Averigüe a quién conoce en esa empresa, o quién puede conocer sobre ella (esto ayuda mucho más de lo que a veces creemos).

Conocer a la empresa a la cual usted decidió ofrecer sus servicios es clave para poder “mercadearse” con el gerente o reclutador como un “producto apetecible”, interesante y adecuado.

Si usted está realmente decidido a “jugar a ganar”, trate de averiguar también quién es la persona que lo va a entrevistar o quién en última instancia tomará la decisión sobre usted. ¿Quién es? ¿Qué estudió? ¿Qué le gusta hacer para divertirse? ¿Pertenece a algún club? Tres campos son importantes de conocer, aunque solo para cuidarse de no “meter la pata” durante una entrevista de trabajo: el partido político a que pertenece el reclutador, su equipo de fútbol preferido, y la religión que profesa.

La estrategia y plan de acción puede incluir el hacerse recomendar primero por alguien cercano a la empresa; o el enviar un currículo profesionalmente presentado; o el ofrecer sus servicios “en frío” para una posición que actualmente no existe en esa empresa; o incluso el afiliarse al club social o deportivo que ese reclutador o el gerente frecuentan, con el único fin de conocerlo antes de su entrevista. (¿Quién dijo que no se podía? En el mercadeo personal los puestos son de los más audaces y de quienes mejor planifican y actúan para conseguirlos.)

Otra acción muy aceptable y que impresiona tremendamente a los empleadores, es ofrecer trabajar de gratis (!!!) para la empresa durante un período corto de una quincena o un mes. Si usted tiene confianza en sí mismo y cree que puede demostrar en ese período su valía, créame que casi no hay empresa que se resista a esa oferta. Lo único que usted necesita es tener “un pie” dentro de la empresa (una primera meta) para demostrar que merece la posición. Es preferible “regalar” quince días en una empresa (“invertir en nosotros”) que quedarnos en la casa lamentándonos de que no hay oportunidades. Además, si luego de ese período lo contratan, probablemente terminarán por pagárselo.

Póngase en acción. No posponga su plan. La posposición puede darse por el miedo de enfrentarse con la realidad: el luchar por un trabajo.
Pero si usted cree en usted, como oferente, como producto bueno, irá a esa entrevista de trabajo con una mentalidad de triunfo, con un carácter de campeón. Piense que usted puede: ¡y podrá!



Olman Martínez es Presidente de La Universidad de las Ventas, empresa del Grupo Edinter Consultores, con sede en San José, Costa Rica. Olman Martínez es un reconocido conferencista motivacional y experto capacitador de vendedores, con trayectoria de años en todo el Continente Americano. Si desea enviar un email al autor, hágalo por medio de la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Derechos Reservados U-Ventas.)
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Fecha martes 05 de abril 2011
La República

Código de Oficina

Trabajo “libre” pero con mucha responsabilidad

Si actualmente se desempeña como “freelance” o consultor, es fundamental que se dé a conocer en un campo específico

Si trabaja por cuenta propia, ya sea con una empresa o como un “freelance” o un consultor, es importante, para no estancarse, proponerse estrategias con el fin de continuar con el crecimiento profesional.

Un freelance es descrito como aquel individuo que por cuenta propia decide incorporarse a la generación de negocios, específicamente en el campo de servicios profesionales, o tecnología, áreas en que usualmente se puede encontrar este tipo de pequeños empresarios, comentó Otto Stecher, director de Business Process Outsourcing de Deloitte Costa Rica.

Una diferencia de estos profesionales es que vende su imagen, por lo que uno de los principales factores para su crecimiento es que se den a conocer en un área específica.

“Nadie es experto en todo, todos en un negocio, y en especial un freelance, deben proyectar un expertise, para que las empresas consideren sus servicios”, indicó.

Si usted se está desempeñando en este tipo de trabajo, la recomendación es que tome en cuenta ciertos factores para que determine si va por buen camino.

En el sitio Forbes.com se aconseja hacerse ciertas preguntas, por ejemplo, si las personas saben que usted está en el negocio, y si saben cuál es; esto porque suele suceder que la gente lo relacione con cargos anteriores en una empresa.

Y debe asegurarse de que todos sus contactos se den cuenta de lo que está haciendo en este momento.
Enfocarse solamente en las redes sociales, entre otras tecnologías, también puede ser un error, se publica en el sitio, esto por que se consideran herramientas necesarias, pero no suficientes, ya que el contacto personal es un factor de confianza en un primer encuentro con un cliente.

Para mantener y crecer el negocio

1. Definir un portafolio de producción y servicios
El freelance debe concentrarse en un estrato o servicio claramente identificado y que sea valorado por el cliente. Si ya está en el negocio, debe tomar en cuenta las necesidades nuevas que vayan surgiendo. Debe mantenerse actualizado con las últimas tendencias de su área. Para ello debe investigar, leer artículos y documentos relacionados. Hoy en día en Internet se encuentra mucha información.

2. Crear una base de prospectos
Estos son clientes potenciales a los cuales se les pueden vender los servicios que tiene en mente prestar. Es muy importante tener claridad de esos servicios. Los clientes prospecto son los que generalmente permiten validar si los servicios que se prestan serán o no valorados.

3. Convertir esos prospectos en negocios potenciales
Hay que visitar clientes nuevos para mostrar los servicios, aunque no necesariamente los clientes compren en la primera visita. Siempre se requiere de un tiempo para evangelizar al cliente, es decir, educarlo y brindarle una perspectiva de lo que sucede. Hay que crear una relación de negocio.

4. Siempre mantener una cantidad de propuestas de negocios colocadas en el mercado
Si no hay cotizaciones no hay negocio. No todas las cotizaciones los clientes las compran. Siempre hay un periodo de tiempo en que los clientes deciden o no comprar. En general se dice que un consultor logra vender o cerrar entre un 20% o un 30% de las propuestas que coloca en el mercado.

5. El mayor crecimiento el freelance lo tendrá en clientes actuales
Pero debe procurar conseguir clientes nuevos. Si hace un buen trabajo el cliente lo volverá a buscar y tendrá servicios recurrentes. En esto radica el éxito para crecer.

Melissa González
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Por Olman Martínez, Universidad de las Ventas.
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¿Está considerando lanzarse a “volar con alas propias”? ¡Felicitaciones! El sector de más rápido crecimiento en la economía occidental es el de los emprendedores. Muchos nuevos microempresarios inician sus propios negocios en el mundo cada año. Algunos de ellos fracasan, pero otros se convierten con el paso del tiempo en éxitos rotundos. En cuál de los dos grupos se coloque usted, dependerá de una serie de factores, muchos de ellos ya conocidos por quienes hemos bregado por largo tiempo en el mundo de los emprendedores.

Para asistirlo a ingresar al mundo de los microempresarios, comparto con usted los siguientes consejos. Aquí no están todos los puntos clave ni todas las ideas por punto presentado. Pero estos diez consejos son filosofías, técnicas prácticas y comportamientos que a mí me han ayudado mucho en mi vida de empresario independiente.


1. ¿Tiene usted lo que se necesita?

Hay ciertas condiciones –naturales o aprendidas—que acercan al emprendedor al éxito. La primera es la actitud. Cómo reaccione usted ante las circunstancias de la vida, qué piense de sí mismo y cómo perciba al mundo, son clave para tener éxito.

De hecho, un 85% de su éxito personal (no me cansaré de repetirlo) será determinado por su actitud. Su autoestima y la fe que usted tenga en sí mismo, determinará en mucho si usted podrá hacer frente con éxito a los embates que generalmente vienen “con el paquete” de abrir un nuevo negocio.

Su persistencia y determinación para mantenerse activo; el estar dispuesto a caer a la lona y volverse a levantar, sin tirar la toalla, son puntos cruciales. Luego siguen sus conocimientos sobre el negocio en que desea involucrarse, y a continuación su habilidad para producir y mercadear la idea, servicio o producto.

Analícese. Si usted tiene lo que se necesita, sus posibilidades de triunfar son mayores.

2. Vaya despacio.

Uno de los grandes errores en que se puede caer es en correr a iniciar un negocio con la primera idea que viene a la mente. Así no se fabrican los negocios exitosos. ¡Tómese su tiempo! Planee cuidadosamente cada paso.

“Cocínese a fuego lento” debería ser una condición esencial antes de lanzarse a iniciar un nuevo negocio. Esto no significa que deba posponer la decisión por años, sino que antes de tomar la acción debida usted haya tenido tiempo de analizar su idea, consultarla con la almohada, hacer números y ver todas las aristas que le sea posible. Por supuesto, sin llegar al nivel de quedarse petrificado por excesivo análisis. Su sentido común le indicará cuál es el balance más adecuado.

Así que investigue. Tome notas y analice el potencial de su idea, las condiciones de mercado y otros puntos clave que podrían significar el éxito o convertirse en escollos para el arranque.


3. Eche un vistazo a su alrededor.

Intente averiguar cómo le está yendo a otras empresas que están en el ramo de su idea o proyecto. ¿Parecen estar dinámicas y en crecimiento? ¿Qué piensan los clientes de sus productos? ¿Parecen tener aceptación?

Hoy en día, con la Internet, se nos facilita aún más el investigar cómo le está yendo a otras empresas. Pero aún si su competencia no tiene información en la red, los procedimientos tradicionales siguen siendo muy útiles. Vaya al establecimiento de esas empresas, adquiera un producto, observe cómo presentan su oferta al mercado, hágase pasar por un cliente muy interesado. Lea sus “brochures”, sus folletos y cualquier información de precios a la que pueda echar mano.

Además, vuélvase un experto en reconocer cuáles son los principales “indicadores de éxito” del negocio en el cual quiere involucrarse, y conviértase en un observador analítico del entorno.


4. ¿Cuenta con los fondos para sobrevivir?

Hágase un análisis financiero. Determine cuánto capital requiere usted para iniciar el negocio y mantenerlo durante –digamos—seis meses, sin que éste produzca los primeros ingresos. Ese es, generalmente, un plazo prudencial para el cual ocupamos contar con “un colchoncito” financiero para subsistir.

Determine cuánta disponibilidad económica mensual requerirá usted como mínimo para proseguir con su vida familiar “normal” durante el tiempo en que su nuevo negocio no le rinda aún dividendos. Esos dos parámetros anteriores serán su punto de partida para estimar sus necesidades financieras.

Luego determine su capital actual (todo, incluyendo su capital líquido así como sus bienes materiales) que podría servirle de base financiera. Y establezca, además, sus posibilidades de obtención de créditos.

Generalmente esos cuatro parámetros le darán una idea bastante cercana sobre sus posibilidades financieras para echar a andar el negocio.


5. Monte su “Grupo de Mente Maestra”.

Napoleón Hill, escritor del famosísimo libro “Piense y Hágase Rico” (uno de mis preferidos de todos los tiempos) nos recomienda identificar a un grupo de personas, generalmente cercanas, en las cuales confiemos y que piensen de manera similar a nosotros.

Antes, quizás, los negocios se podían montar y desarrollar sin mayor ayuda. Pero la complejidad del mundo de hoy hace necesario “poner varios cerebros a trabajar juntos” para acelerar el éxito.

¿A quiénes conoce usted que podrían aportar ideas frescas para su negocio... tal vez con una nueva perspectiva? ¿Alguien de la familia, tal vez algún amigo empresario? No se trata, necesariamente, de que los involucre a ellos como socios. Podrían ser, básicamente, personas dispuestas a escuchar su idea y a darle su reacción y su consejo “autorizado”.

Pero –y aquí una palabra de precaución—no le vaya a contar sobre su negocio a cualquiera. Muchas personas, especialmente aquellas que no tienen una visión de los negocios, podrían ser “fuentes no autorizadas” para usted. Otras (si usted no tiene el cuidado necesario), podrían divulgar su idea indebidamente. Así que escoja bien a su grupo de mente maestra, pero de todas formas, ¡hágalo!


6. Contrate asistentes idóneos.

Generalmente usted no podrá hacerlo todo solo. Ya se trate de una microempresa que vende seguros o de una que comercialice algún producto digital o físico, casi de seguro usted requerirá contar con al menos una persona para que lo ayude.

Contratar a alguien idóneo es esencial. El involucrarse con el tema de la “administración de recursos humanos” viene con el paquete de ser microempresario, y usted necesita refrescar un poco de conocimientos sobre ello, especialmente a la hora de seleccionar a la gente que trabajará con usted.

Una vez más, no corra a involucrar en el negocio a la primera persona que se le ocurra. No necesariamente porque alguien sea parte de la familia o cercano a usted, irá a “remar” con la misma fuerza con que usted lo hace.

La máxima que predico siempre es: “Si queremos volar con las águilas, comencemos con pichones de águila, no de chompipes”. Ello significa, en síntesis, que siempre será más fácil trabajar con gente a la que hayamos identificado como personas que tienen las condiciones idóneas para el puesto, y la actitud necesaria para ayudarnos a “empujar la carreta”.


7. ¿Trabajar desde la casa?

Esta es una decisión crucial. Mucho depende de los fondos de que disponga, del tipo de negocio en que vaya a involucrarse y del tipo de contacto que tendrá con sus clientes.

Tenga siempre presente que la imagen cuenta. Usted será más creíble o menos creíble, dependiendo de una serie de factores, entre ello de lo que usted proyecte por sus instalaciones o por la percepción que las personas se hagan de su negocio por teléfono.

Si decide trabajar desde la casa, intente separar un área (aunque sea una habitación) exclusivamente para su trabajo. Levántese en la mañana y vístase como si fuera a ir a la oficina de su exempleador. Esto es un recurso psicológico que ayuda mucho. Trate de que si un cliente llama, los sonidos ambientales no vayan en contra de su negocio. Niños llorando, una señora cantando en el fondo, música estridente, conversaciones inadecuadas, podrían dar al cliente la sensación de que no está tratando con una empresa muy seria ni bien organizada. Téngalo presente: esos detalles cuentan mucho.


8. Mercadéese, mercadéese, mercadéese.

Uno de los ingredientes más esenciales para el éxito de cualquier negocio, es su estrategia para posicionarse y continuar en la mente de sus potenciales clientes; en otras palabras, cómo se mercadeen. Me atrevo a asegurar que muchas veces la técnica del mercadeo llega a ser más importante aún que el producto que usted venda. Así de importante es el mercadeo.

No se asuste del concepto de mercadeo: ¡Es realmente un asunto de sentido común! Pregúntese cómo podría usted llegar a su mercado meta de manera positiva y adueñarse de un lugar en la mente de su cliente potencial. Y lo más importante, pregúntese cómo podría impulsarlo a la acción de compra.

Monte su microplan de mercadeo. Apunte, liste, anote toda idea que venga a su mente para mercadearse. No tiene que contar, necesariamente, con un gran presupuesto para publicidad o promoción. En el mundo del microempresario, la creatividad generalmente es más importante que el presupuesto de mercadeo con que se cuente.


9. Vea el negocio a largo plazo.

Ningún negocio sobrevive con una sola venta. Usted necesita formar cadenas de acción y reacción con sus clientes. Para sobrevivir se necesita de la “compra de repetición”. Es venderle algo a ese cliente, y volver a venderle después. Tenga presente que es cinco veces más fácil (y menos caro) venderle a un cliente que ya nos ha comprado antes, que a uno totalmente nuevo.

Por eso, procure hacer amigos más que clientes. Intente ver el negocio a largo plazo. No se enfoque en hacer una venta. Enfóquese en hacer un cliente. Brínquese el mostrador y vea su negocio desde la perspectiva del cliente. El no está ahí para ayudarle a usted. El está ahí esperando que usted lo ayude a él y le dé valor agregado sobre su compra.

Entre más visión estratégica del negocio tenga usted en cada contacto que haga con un cliente, mayores serán sus posibilidades de sobrevivir y de ser exitoso en el mundo de los microempresarios.


10. Sobre la opinión de los expertos está la suya.

Finalmente, tenga presente que sobre cualquier opinión de nosotros, los llamados “expertos”, está la suya. De hecho, la suya ya no es opinión, es criterio. Usted es quien conoce su idea, su negocio, su mercado. Usted es quien ha leído sobre el tema, quien ha preguntado, quien ha investigado.

Así que no se deje llevar de buenas a primeras por la opinión de terceros. Sí, escuche a los expertos, pero en primera instancia escúchese a usted mismo. Use su sentido común, crea en usted y en su idea, decídase a triunfar a pesar de cualquier cosa.

Esa posición de fuerza, desde su perspectiva de emprendedor, será una de sus armas más fuertes para triunfar en el mundo de los negocios.

Espero estos consejos le sean de utilidad. Le deseo muchos éxitos.


Olman Martínez es Presidente de La Universidad de las Ventas, empresa del Grupo Edinter Consultores, con sede en San José, Costa Rica. Olman Martínez es un reconocido conferencista motivacional y experto capacitador de vendedores, con trayectoria de años en todo el Continente Americano. Si desea enviar un email al autor, hágalo por medio de la siguiente dirección: Esta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo. (Derechos Reservados U-Ventas.)