El bicho bípedo bicéfalo que es el ser humano, primero pasó miles de años comunicándose con sus congéneres por medio de los movimientos corporales y gruñidos. Esa herencia de tantos miles de años prevalece aún hoy en día. Lo queramos o no, cerca de un 55% de toda nuestra comunicación cara a cara, no proviene de las palabras, sino de la kinésica, es decir, de los movimientos de nuestro cuerpo.