Beneficios de una buena actitud

Autor no identificado.

Las tareas diarias son comúnmente largas y agotadoras. ¿Cuántas veces en el día habremos recorrido nuestra oficina o sitio de trabajo de un lugar a otro? ¿Con cuántas personas nos habremos relacionado? ¿En cuántas reuniones habremos participado? El teléfono no deja de sonar...

Para todo ello existe una receta que hará más llevadera nuestra vida: ni más ni menos que “una buena actitud”, que nos permita ser más positivos, amigables y optimistas.

Si adoptamos como norma esa “buena actitud”, de seguro que seremos más felices, nuestra salud posiblemente no sufrirá los embates del estrés ni de otro tipo de enfermedades y, por supuesto, nos sentiremos mejor con nosotros mismos y con los demás

Con una buena actitud veremos siempre la vida de otro modo; tendremos mejores relaciones humanas y seremos más honestos y abiertos con las personas que nos rodean.

Con esta “buena actitud” aumentará nuestro rendimiento en el trabajo (investigadores del tema aseguran que la buena actitud representa un 85% de los éxitos en el trabajo). Los horarios, las visitas, las llamadas y los proyectos ya no serán un problema; por el contrario, se convertirán en actividades placenteras y en nuevos retos y oportunidades que emprender.

Y, como esto es contagioso, seguramente que nuestra actitud beneficiará a todos aquellos quienes nos rodean, lo cual redundará en nuestras relaciones interpersonales y en nuestro futuro familiar y laboral. Entre más positivos y optimistas seamos mejor nos percibe la gente. Es como ganar créditos para el futuro.

Haga un esfuerzo: transforme las actitudes “negativas” por actitudes “positivas”. Empiece cuanto antes y verá los resultados a la vuelta de la esquina. La “buena actitud” redundará en una “buena recompensa”. ¡Inténtelo!

Olman Martínez

Director de la Universidad de las Ventas.